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Palabras clave:
ALFABETISMO/ ANALFABETISMO DIGITALSOCIEDAD DE LA INFORMACIÓNEDUCACIÓNSOCIEDAD DEL CONOCIMIENTOPEDAGOGÍA INFOMACIONAL
Alfabetización informacional escolar ¿necesidad o urgencia?
Las nuevas tecnologías de las comunicaciones y la información llegaron para quedarse. Nos cambiaron la realidad y la forma de conocerla y compartirla. Nuestros trabajos se han modificado. Nuestras vidas están cambiando. A partir de aquí, los mediadores de información tenemos que decidir dónde alinearnos; o continuamos sirviendo a un pasado o nos preparamos para administrar los saberes presentes y los que vendrán.
La destreza en las nuevas competencias del Internet se convertirá en algo esencial para el futuro alfabetismo de nuestros usuarios. Y nosotros como mediadores entre la palabra, la información y los usuarios, niños, jóvenes o adultos, debemos prepararnos responsablemente para usufructuar y disfrutar estos cambios y posibilidades. Especialmente, disfrutar. Porque lo que no se comprende, no se ama, no se goza, no se transmite.
Pero para que la biblioteca escolar, se incluya, integre y prepare para la Sociedad de la Información y del Conocimiento, debe enseñar al usuario a ser autónomo en sus búsquedas, y en su aprendizaje, en definitiva enseñarle a "aprender a aprender" (seleccionar y jerarquizar contenidos, buscar, adquirir y utilizar los datos). Es decir que para que el usuario logre transferir su aprendizaje a cualquier situación, es importante que el bibliotecario sea no sólo mediador sino que se convierta en formador de usuarios de información (ALFIN, 2006).
En este contexto surge la Alfabetización Informacional (AI), que la entendemos como la adquisición de habilidades y destrezas para reconocer cuando la información es necesaria, como localizarla, evaluarla, usarla y comunicarla de forma efectiva en el momento que se requiere (IFLA. UNESCO, 2005).
- Reconocer una necesidad de información.
- Determinar el alcance de la información requerida.
- Acceder a ella con eficiencia.
- Evaluar la información y sus fuentes.
- Incorporar la información seleccionada a su propia base de conocimientos.
- Utilizar la información de manera eficaz para acometer tareas específicas.
- Comprender la problemática económica, legal y social que rodea al uso de la información.
- Acceder a ella y utilizarla de forma ética y legal.
- Clasificar, almacenar, manipular y reelaborar la información reunida o generada.
- Generar, registrar y compartir nueva información
- Reconocer la alfabetización en información como requisito previo para el aprendizaje a lo largo de la vida.
Éstos son ahora nuestros retos. Retos a la creatividad, retos a la comprensión educativa y a la conciencia comunitaria. Retos a la aceptación tecnológica y al cambio… Pero, más que todo ello, retos a nuestra habilidad para proveer servicios a usuarios, estudiantes y maestros con tantas clases de medios como podamos traer a nuestros programas. Nuestra biblioteca debe ser un espacio de crecimiento continuo, de innovación, de interacción e integración. Debe navegar entre la duda y el conocimiento, entre la búsqueda y el hallazgo, entre el trabajo y la recreación.
Debemos alentar sujetos autónomos, participativos, críticos, capaces de obtener información, seleccionarla, aplicarla y compartirla.Sólo así, aceptando el cambio y respondiendo a sus retos seremos lo que debemos ser: promotores de aprendizaje y de integración en igualdad de oportunidades, democracia y libertad.
Se puede leer la comunicación completa en http://www.cibersocietat.net/congres2006/gts/comunicacio.php?id=114&llengua=es